En vista de las elecciones de mañana, tengo unos cuantos pensamientos que me llevan días rondando por la cabeza y los voy a exponer aquí ahora.
1. Voy a votar. En la situación en la que estamos me parece lo correcto. También es verdad que he votado en todas las elecciones que se me han presentado. Lo lamento por los que os parece que así apoyo el sistema. Sinceramente, tal y como yo lo veo, retirarle el «apoyo» al sistema mediante la abstención o el voto nulo tampoco es que vaya a cambiar mucho, ¿o es que a alguien le ha importado cuando en las elecciones europeas ha habido una participación del 40%? Ni el gobierno se ha preocupado, ni ningún partido se ha posicionado en contra de la Unión Europea a raíz de eso (los antieuropeístas ya lo eran de antes).
No voy a criticaros a los que no vais a votar. Simplemente estimo que yo no me lo puedo permitir. No puedo arriesgarme a que un gobierno de derechas sume, llegue al poder y empiece a recortar derechos como ya han dicho que van a hacer. Y no solo por el tema sexual-LGTBI (que obviamente para mí es MUY importante) sino también, y de manera casi más importante, por los servicios públicos y el Estado del bienestar. No quiero que me sigan recortando en la cuantía del despido, ni en las prestaciones por desempleo, ni en la calidad del sistema sanitario… Vale que solo son parches a este erróneo e injusto sistema que llamamos capitalismo, pero a dios rogando y con el mazo dando.
No soy socialdemócrata, mis ideas son marxistas-leninistas y soy más partidario de la revolución que de la reforma, pero no estamos en una situación prerrevolucionaria (¿o es que veis a las masas enardecidas para tomar los medios de producción?) y para llegar a la revolución proletaria nos quedan años de trabajo. Pero oye, a estas alturas me importa cero que alguien piense que soy esto o lo otro.
2. Tampoco nos pasemos al otro extremo. «Hay que votar porque tus abuelos lucharon por ese derecho». No, señores. Yo voto porque me parece lo correcto en esta situación, no porque mis abuelos hayan luchado por nada. Que se lo reconozco y se lo agradezco, y por supuesto sin la lucha comunista contra el franquismo no tendríamos lo poco que tenemos ahora (sí, porque este sistema burgués de cartón piedra es bastante deficiente, pero estaríamos aún peor sin ellos). Pero no me vengáis con eso: nuestros abuelos también lucharon por el derecho a huelga, y muchos, muchísimos de ustedes, en cuanto viene una huelga defendéis «el derecho a trabajar», que eso sí es para que se os caiga la cara de vergüenza. Una huelga es muchísimo más efectiva que unas elecciones; si no, preguntadle a cualquier empresario. A las huelgas les temen, a las elecciones no (ya lo dijo Juan Roig, el dueño de Mercadona, hace unas semanas).
3. Voy a votar a una opción socialdemócrata, sí. Mi voto va a ser para Unidas Podemos. Con la nariz tapada, porque hay tantas cosas con las que no estoy de acuerdo. Pero barajando las funciones de las Cortes Generales y las posibilidades que se presentan, prefiero votar a lo menos malo que dárselo al PCOE (lo siento porque me parecen coherentes) o al PCPE (el circo que han montado me ha frustrado muchísimo). Además, seamos serios, por Sevilla no van a sacar ni un solo escaño, ni con mi voto ni sin él.
4. Estos días he leído de gente que va a votar al PSOE «porque gracias a él hay matrimonio homosexual». Sí, gracias a ellos tenemos también una constitución que prioriza el pago de la deuda frente a los servicios sociales. También estuvieron a punto de gobernar mediante un pacto con Ciudadanos que abarataba el despido. Venga ya.
5. Tengo conocidos que van a votar a la derecha. Ninguno es del mediano ni del gran empresariado (que son los colectivos a los que va a favorecer la derecha). El voto de estos conocidos va a ir directamente en contra de sus intereses económicos objetivos. Pero oye, cada uno es lo tonto que quiere. Si te sientes insultado, lo siento, no te insulto yo, lo haces tú con tu voto. Espero que me recuerdes cuando te despidan con 10 días por año o te anulen la validez del convenio colectivo (como intentó Rajoy). Tú estarás seguro de que has hecho lo correcto «para parar a los catalanes» o cualquier gilipollez del estilo. Que por cierto, ya hay que ser xenófobo de mierda para que te resulte más importante impedir el derecho político de otro pueblo que defender tus derechos laborales y sociales. Oh, lo siento, te he insultado otra vez. Ah no, que lo has hecho tú mismo.
Y si crees que las medidas de la derecha permitirán reducir el paro, lo siento, pero no solo estás equivocado, sino que lo estás porque quieres. Te remito a las legislaturas de Rajoy, o a las reformas económicas implementadas en Chile en los 80. Sé que no vas a pensar en nada de esto ni a buscar información. Si a estas alturas sigues pensando que la derecha reduce el paro, es porque te importa más creer en algo falso que buscar que, efectivamente, lo es.
Déjame añadir que si vas a votar a Vox, un partido que se ha mostrado en contra de varios derechos humanos, no es que me parezcas ignorante, me pareces mala persona.
6. «Es que la izquierda no se ocupa de los problemas de los obreros, solo hablan de feminismo y de géneros». He escuchado esto por parte de gente de derechas y de izquierdas. Realmente, dice más de tu capacidad de concentración que de otra cosa: si de todo lo que hablan solo te quedas con el discurso sobre géneros y feminismo (que es muy necesario, y si a ti no te hace falta te felicito, estás mejor que muchos otros a quienes sí nos hace falta), quizá es que eso te molesta tanto que no eres capaz de oír las propuestas económicas, laborales y sociales (que son la parte abrumadoramente mayoritaria del discurso). Y eso tiene un nombre que no voy a decirte yo, ya lo sabes tú mismo.
7. Por último, compañeros, la política no es algo que se haga cada cuatro años. No basta con ir, echar tu voto, y olvidarte luego o limitarte a quejarte, porque eso sí que no sirve para nada. Las cosas no se cambian (solo) echando un papelito en una urna cada cuatro años. Las cosas se cambian en la calle. En las asociaciones, en los colectivos sociales, en los sindicatos, en las huelgas, en las manifestaciones. ¿A cuántos de ustedes voy a ver en la manifestación del miércoles por el Primero de Mayo? Ya os digo yo que voy todos los años: a muy poquitos. ¿Cuántos hicisteis la última huelga general?
Como me han dicho alguna vez, «qué pereza, ¿es que la política no puede hacerla otro?» No. La política la tenemos que hacer nosotros, y tenemos que hacerla cada día. Como ya dijo Joan Fuster, toda política que no hagamos nosotros, la harán contra nosotros. Si no te hace falta hacer política, eres un afortunado.
En fin, estas son mis posturas. No son inamovibles, no son dogmas, son lo que siento a día de hoy. Haced mañana lo que más os pida el cuerpo. Solo os pido que lo hagáis informados.
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