Ahora que ya tenemos pregunta y día para la consulta catalana, se está volviendo a hablar mucho del tema. En concreto, un amigo mío, que no es catalán, puso en su estado de Facebook que con qué derecho se prohibía este ejercicio democrático. Y uno de los comentarios que respondieron a su estado decía lo siguiente:
Un comentario sencillamente deplorable. Falta de respeto y talante totalitario. Desde la ignorancia, claro. Pero este comentario me lleva a preguntarme ciertas cosas. Una, sobre todo. ¿Por qué?
¿Por qué hay que poner un muro 10 veces más grande que el de Berlín, sólo porque un colectivo geográfico pueda llegar a decidir que quiere organizarse en un Estado diferente e independiente? ¿Cuál es exactamente el problema? ¿Que no quieran ser españoles?
¿Por qué no querer ser español es un problema?
Tanto se ha incidido, tanto se nos ha enseñado durante años que ser diferente es malo, que ahora al que se quiere desmarcar de cualquier cosa, no sólo se lo margina, también se lo ataca.
Y por supuesto, no voy a entrar a valorar lo absurdo de sus (no-)argumentos, porque ya lo hice en un artículo reciente.
¿Tanto falla la educación, que no se consigue enseñar ni la tolerancia ni el respeto?
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