viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Hemos perdido Andalucía?

He de confesar que, aunque mis ideas no han cambiado en lo más mínimo, hay días que me desanimo.

Observo la situación política de mi país, y me da lástima. Me da lástima porque nuestra cultura democrática y política es escasa (por no decir que no existe). Porque muchos de mis conciudadanos consideran la política como algo en lo que no pasarán de espectadores, porque consideran que no tienen nada que decir o que hacer que sirva para algo, que no pueden hacer nada para cambiar las cosas. Y por eso estamos como estamos.

Y si esto es cierto para la política estatal, lo que más me duele es que ocurre lo mismo pero en mayor medida para la política andaluza. No pensamos en clave andaluza. Andalucía para los andaluces, hoy en día, es un concepto casi folclórico y, por supuesto, ajeno a la política. A pesar de que la Junta de Andalucía es la titular de muchas de las competencias públicas en nuestro país, la gente ni se informa ni se interesa por lo que pasa en la Junta ni en el Parlamento de Andalucía.

Y, por supuesto, los resultados son casi un calco de los resultados de las elecciones a las cámaras estatales. Tenemos un Parlamento con (sólo) tres partidos, todos ellos con sede en Madrid. Y, si hacemos caso a las últimas encuestas, en las que se prevé la entrada de Podemos y UPyD para las próximas elecciones autonómicas, nos espera más de lo mismo. Soy el primero en reconocer los errores del Partido Andalucista, que han sido muchos, pero sí puedo asegurar que ha sido el que más caros ha pagado sus errores. Los tres partidos con representación parlamentaria han cometido errores similares o más graves, pero siguen ahí y sin perspectivas de perder su representación.

Pero que estemos hablando de esto ya es triste. La única formación de marco nacional andaluz que nos planteamos ver en el Parlamento es el Partido Andalucista (y la gran mayoría de la gente incluso defendiendo que no estén porque lo hicieron muy mal... porque los demás lo han hecho muy bien, claro). Un partido que no pasa de regionalista y con ideología política indeterminada, que hoy defiende políticas de izquierda y mañana de derecha, o que en algunos municipios es de izquierda y en otros de derecha. No hemos llegado al grado de madurez política necesario para tener un partido andalucista de izquierda y otro de derecha. Y de ver a algún partido independentista en el Parlamento entiendo que ni hablamos. A la mayoría de la gente le suena a extraterrestre simplemente plantearse que el independentismo andaluz existe.

Vale, existe la CUT. Andaluza e independentista. Sánchez Gordillo hace ruido y es bien conocido. Pero la CUT está integrada en Izquierda Unida. ¿Cuánta gente sabe que la CUT es un partido con entidad propia? El independentismo de Sánchez Gordillo es desconocido para mucha gente, y los que han oído algo de él, piensan que es una manera de llamar la atención más que una ideología real. Personalmente, opino que esto no pasaría si la CUT no estuviera integrada en Izquierda Unida. Pero, ay, entonces no estaría en el Parlamento.

Vuelvo al tema del principio, en Andalucía reina la cultura política del nada va a cambiar, así que no te esfuerces. El divorcio permanente con las instituciones. Y por eso, dejando aparte a Izquierda Unida que, hasta las últimas elecciones, se las prometía más agresiva (el pacto de gobierno ha sido desastroso), la presencia mayoritaria de PP y PSOE es un síntoma de que la poca gente que toma partido prefiere votar a aquellos que no suponen un sobresalto. Las cosas están mal, pero no me las cambies. Al fin y al cabo, los que no son PSOE y PP son unos radicales, unos antisistema o no sé qué chorradas.

La crisis económica, que es la que está haciendo tambalearse a este deficiente sistema, al final resulta que sólo la podrán aprovechar los de Podemos y UPyD, las dos nuevas fuerzas políticas españolas. Podríamos hablar de por qué el andalucismo no ha resurgido en esta oportunidad y culparlo (parte de culpa tiene, claro, por ejemplo por haber seguido enfrascado en luchas internas de gente que ya no tenía nada que ganar)... pero sería injusto obviar el hecho de que nuestro gobierno autonómico ha conseguido su propósito, que es desactivar Andalucía políticamente. Podrían incluso cambiar el lema del escudo y quitar el «Andalucía por sí», sería más realista. Ahora más que nunca, Andalucía sólo es para España. A pesar de lo andaluces que nos sentimos todos, el tema competencias y autogobierno nos la suda. Ahí tenemos que los que fuimos a votar el referéndum del Estatuto no llegamos ni al 40% del censo. Con este panorama político (y con estos medios de comunicación públicos que miran más a Madrid que a Sevilla, Málaga o Granada), un partido cuyas aspiraciones acaben en Despeñaperros tiene poco que hacer.

A pesar de todo, sigo confiando en que algo resucite nuestro sentimiento de identidad política. O estaremos perdidos para siempre.

1 comentario:

  1. Más bien el PA ha perdido a su gente. Ahora mismo sólo sería posible si surgiera otro tipo de partido, tipo podemos, pero a nivel andaluz, y con gente nueva. Algo muy difícil en estos tiempos, en fin, será cuestión de ir sembrando.

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