Podemos hacer una pequeña compilación de argumentos estúpidos de los españoles:
- “La Constitución no lo permite”. Vale… conociendo como todos conocemos el talante español, ya sería una sorpresa que en la Constitución se hubiera contemplado la secesión de uno de los territorios del Estado. Cuando se hace una consulta popular limpia y pacífica, con un resultado claro, ya los simples principios democráticos obligan a aceptar lo que el pueblo ha elegido. Negarlo porque la Constitución no lo permite es como decirle a tu vecino que no puede mudarse a otro edificio porque cuando compró el piso, el contrato no decía nada sobre eso. Además, antes la Constitución no marcaba como prioridad el pago de la deuda pública, y la modificaron de tapadillo para incluir esa cláusula, perjudicial para todos nosotros, el pueblo. ¿Y ahora nos ponemos delicados? A tomar por culo la Constitución: no sólo está caduca, sino que sirve para que los políticos hagan con ella lo que quieran. Total, la gran mayoría de nosotros ni la hemos votado ni la queremos.
- “Que se vayan, se morirán de hambre”. ¿En serio? Estamos hablando de una de las autonomías más productivas del Estado, una de las autonomías a la que más trabas le ponen para sobrevivir dentro del Estado, dado su déficit fiscal (que desaparecería con la independencia). ¿Realmente crees que morirán de hambre? Yo lo dudo mucho.
- “Ya querrán volver”. Muy mal les tendrá que ir si quieren volver a un país tan mal hecho y con tan poco respecto por el que es diferente. Y me refiero al argumento anterior: dudo mucho que la independencia de Cataluña tenga un impacto negativo en su economía.
- “Tendríamos que cerrarles las fronteras”. Aparte de la peste a prepotencia que echa esta frase, muy bien, ahora por una cuestión de orgullo nacionalista, dejamos a familias sin verse. Aparte, creo que no serán muchas las empresas y comerciantes que antepongan el orgullo nacionalista a la riqueza que viene del comercio. Y comercio, con los catalanes, se puede hacer mucho. Además… Cataluña tiene fronteras con más países, no sólo con España (recordemos Andorra y Francia), y mejor aún, está bañada por el Mediterráneo. Tener costa quiere decir comercio internacional, desde hace más de treinta siglos. Por otro lado, la frontera entre Cataluña y Francia por La Jonquera es uno de los pasos por donde actualmente pasan más mercancías españolas. España necesita tener las fronteras con Cataluña en buen estado; en caso contrario tendrían que pasarlo todo por Irún (mientras el País Vasco siguiera perteneciendo al Estado español, que ya veríamos si los vascos se quedarían mucho tiempo).
- “Les haremos boicot”. ¿Quién, exactamente, les hará boicot? (O, como decimos en mi tierra, “¿tú y cuántos más?”). ¿Los consumidores harán boicot a los productos catalanes? Sólo el 20% de las exportaciones catalanas son de bienes de consumo, el resto son productos intermedios, con lo cual el boicot que pueden hacerles mil nacionalistas despechados no tendría demasiada repercusión. ¿Que la industria también se lo hará? Eso parece bastante más difícil, en muchos casos los productos catalanes se venden porque son los más ventajosos, y cambiar de proveedor significaría una subida de costes, que no todas las empresas están dispuestas a aceptar.
- “Cataluña nunca será independiente, ¿con quién jugaría entonces el Barça?”. Esto es tan triste y lamentable que no merecería respuesta, pero aquí va: sintiéndolo mucho, creo que hay motivos mucho más importantes para defender la independencia que el fútbol. Y de todas maneras, la liga española es una entidad privada, no pública, y nadie dice que no pueda jugar en ella el Barça por ser de otro Estado soberano. A la LFP le interesan los beneficios que el Barça implica, ¿creéis que renunciarán a ellos por motivos de orgullo nacionalista?
- “No compensa que os independicéis porque saldréis/os echaremos de la Unión Europea”. Primero, ¿quién dice que Cataluña saldrá de la Unión Europea? No está claro aún lo que pasaría, dado que este caso nunca se ha dado (un territorio de dentro de Europa que se independice de un Estado miembro). De todas maneras, suponiendo que se decida que Cataluña no puede continuar como tal dentro de la Unión Europea y tiene que volver a solicitar el acceso, con la fuerza económica que tiene Cataluña, y sabiendo que lleva años haciendo cumplir las leyes europeas, la entrada está asegurada, siempre que no se oponga ningún país miembro. Y a España no le conviene oponerse: le conviene que el país vecino también tenga un marco legal europeo, facilita la armonización en muchos temas. Siempre puede oponerse, pero Cataluña en ese caso se podría beneficiar de las ventajas comerciales uniéndose a la Asociación Europea de Libre Comercio (y se libraría de muchos inconvenientes, que se lo digan a Noruega).
- “Sacaremos los tanques”. Vale, muy bien. Esta tendría consecuencias claras e inmediatas. El uso de la fuerza para mantener España unida (porque ninguna otra cosa lo puede hacer). Lo que pasáis por alto es que ninguno de los países de Europa Occidental aceptará una intervención militar en Cataluña. Y menos aún, si ha habido un referéndum en el que el pueblo catalán se haya pronunciado claramente a favor de la independencia. ¿Quiere España recibir los reproches de la comunidad internacional y de Europa por no respetar la voluntad de un pueblo? ¿Quiere España aparecer ante el mundo como un estado militarista y totalitario? Y lo que sería más grave… ¿quiere España provocar una nueva guerra civil?
Señores españolistas: estos argumentos caen por su propio peso, y es un poco vergonzoso que ustedes mismos no se den cuenta de eso. Adelántense y acepten la próxima independencia de Cataluña. Brinden por ella y hagan sitio en sus teléfonos móviles para añadir el prefijo internacional de Cataluña en los números de sus amigos catalanes. Aprovechen ahora, que como Cataluña será otro Estado, el billete de Interraíl será válido allí. Cojan el teléfono la noche de Eurovisión y voten la canción catalana, que ya los catalanes harán lo que toca para dar doce puntos a la española.
Y cuidado, empiecen a cuidar al resto de las naciones del Estado o cogerán (cogeremos) el mismo camino… los vascos irán detrás, y después pueden ir los canarios, los valencianos, nosotros los andaluces o los gallegos, o todos a la vez. Si no quieren que España estalle en mil pedazos, ya pueden aprender y hacerla de otra manera. Cataluña les ofrece la mejor lección de política que jamás recibirán… aprovéchenla.